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APROVECHANDO EL TIEMPO

Actualizado: 19 dic 2020





Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos.

Efesios 5:15-16


El apóstol Pablo habla con la urgencia de alguien que está muy consciente de que se estaba viviendo días peligrosos.


Éfeso era la capital de la provincia romana de Asia (la Turquía moderna). Allí se encontraba una de las siete maravillas del mundo antiguo: El templo de Diana, una diosa a quien rendían adoración, pues la consideraban la diosa de la fertilidad.

Pablo tiene razones suficientes para decirle a los efesios que estén alerta, aprovechando bien el tiempo y no dejándose desviar por las atracciones de la ciudad, por la idolatría y por la inmoralidad sexual (porque el culto de la diosa Diana estaba mezclado con la prostitución). La imagen de Diana era una mujer con muchos senos al aire. Llevando un collar adornado con los símbolos del zodíaco en su cuello, indicaba su enlace con la astrología. Efeso en general, fue conocida como “la feria de la vanidad”.

Todo eso hacía que ser cristiano allí, fuera más difícil y peligroso.


Estas palabras de Pablo, son especialmente apropiadas y pueden ser muy bien aplicadas a nuestros días.

La mayoría de las redes sociales, actividades y programas de televisión son vanidad. Describen un mundo que no existe y una vida que está muy lejos de la realidad. La televisión y la redes sociales son ladrones de tiempo precioso. Los que están constantemente atraídos por ello, derrochan horas que nunca podrán recuperar. De manera general, todo esto ha causado una disminución en la lectura de la Biblia, la oración y comunión con Dios; apagando así la voz de Dios y enfriando la temperatura espiritual de los involucrados sin que éstos se den cuenta.

En cierta ocasión, y dado al avance de la tecnología un cristiano había encargado algunos aparatos tecnológicos para que se los llevaran a su casa. Entre ellos, un televisor, una computadora y un celular última generación. Confiaba en que los mismos le facilitarían su vida. Cuando el camión de entrega se detuvo frente a su casa, vio un anuncio publicitario a un lado del vehículo que leía: “La tecnología trae el mundo a su casa".

Con eso ya no fue necesario nada más. Desde la puerta de su casa mandó devolver cada aparato a la tienda, diciendo: “no quiero al mundo en mi casa".

Quien esté pegado a estos aparatos diariamente jamás podrá hacer historia para Dios. Ni con toda la fama o seguidores que pueda tener.

Ésta es una de las causas principales de la decadencia espiritual de nuestros días.

El apóstol Juan lo describió con las siguientes palabras... Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo.

1 Juan 2:16


Oremos tal y como lo hizo el salmista “Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.” Salmos‬ ‭119:37‬ ‭ y determinémonos diciendo: “No quiero el mundo en mi casa” y “no quiero al mundo en mi vida


Pastora Glenda Liz Amador✍🏼

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