EL PESO DE LA APROBACIÓN

Sobre el peso de la aprobación es la Voz de Dios, que hoy comparto en Mis Letras.

Saúl lidió con el peso de la aprobación de otros al más alto nivel y se quebró totalmente cuando escuchó a mujeres cantar alabanzas a David en 1 Samuel 18. La Biblia nos dice que Saúl observó a David desde ese día en adelante.

Saúl permitió que la alabanza de David se convirtiera en la desaparición de su propia confianza. Dejó que lo que quería oír que se dijera sobre él lo alejara de quien estaba llamado a ser. Ya era asombroso, ungido y el hombre más hermoso de Israel, según 1 Samuel 9. Pero estaba cegado de su propio valor debido a sus celos de David.

¿Será factible que haya personas en tu vida que te amen y te feliciten todo el tiempo y ni siquiera los escuches porque estás esperando recibir un alago de una persona específica y de la que nunca probablemente lo escucharás?

A veces no sólo queremos que nos animen, sino que alguien específico nos anime. Déjame preguntarte algo. ¿Qué va a cambiar cuando se den cuenta de quién eres y quién has sido? ¿Qué va a cambiar cuando se disculpen? ¿Qué va a cambiar cuando finalmente consigas lo que quieres? Si hay una mejor versión de ti mismo en la que imaginas convertirte una vez que recibas la afirmación, entonces mi próxima pregunta es: ¿Por qué esperar?

No necesitas la afirmación de nadie para ser la persona que sabes puedes llegar a ser. Deja que se note hoy y ahora sin depender del alago de alguien más porque el camino realmente ya está preparado y despojate del peso de la aprobación.

Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas. Efesios 2:10