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FUERZA ILIMITADA


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Es cada vez más usual encontrar ofertas ilimitadas; internet ilimitado, comidas o bebidas ilimitadas, bonos ilimitados, etc. Pues, la idea de no tener límites es algo que atrae como imán al ser humano. La idea de lo ilimitado implica la posibilidad de explorar, crecer y alcanzar cualquier cosa que se desee. Lo ilimitado puede llegar a evocar sentimientos de esperanza y optimismo. Sugiere que todo es posible y que no hay barreras insuperables. Esta perspectiva puede ser muy motivadora y energizante para el ser humano que, como sabemos, lucha constantemente con la realidad de sus limitaciones. Y sobre nuestras limitadas fuerzas, es la voz de Dios que hoy comparto en Mis Letras.


Escasa energía o fuerza es una de las limitaciones más obvias del ser humano, pero lo interesante de esto es que el mundo mismo esta sufriendo también de ello.

El mundo se está quedando sin energía, se le acaba el petróleo, el carbón, el gas y todo lo demás. ¿Cómo podemos garantizar suministros de energía suficientes para mantener la vida? ¿Dónde encontraremos esta energía? Claro; del sol. Estamos buscando ansiosamente el «poder energético» tratando de aprovechar el poder casi ilimitado del sol.


Tenemos ante nosotros una elección: Buscamos la energía que necesitamos en nosotros mismos y en los recursos de nuestra inteligencia, en nuestro espíritu emprendedor, en bebidas energizantes o le buscamos en lo alto, desde el Cristo resucitado, el Sol de Justicia.


Mientras que en un nivel físico luchamos para aprovechar incluso una fracción del poder del sol, Dios te ha dado acceso completo a Su energía ilimitada a través de la resurrección de Jesús y el poderoso don del Espíritu Santo.


David ora: «Despliega tu poder, oh Dios; haz gala, oh Dios, de tu poder, que has manifestado a favor nuestro» (Salmo 68:28). 

David sabe por su propia experiencia que el poder de Dios es más que suficiente para todas sus necesidades. Y proclama lo siguiente... «el Dios de Israel da poder y fortaleza a su pueblo. ¡Alabado sea Dios!» (Salmo 68:35).


Dios nos da la misma energía, fuerza y poder que usó para levantar a Jesús de entre los muertos por el Espíritu Santo.

Recuerdo una ocasión en la que estaba predicando en un congreso durante tres días. Había estado hablando durante varias horas cada día y me sentía completamente exhausta y agotada. Durante una pausa, sucedió que abrí la la Biblia en Efesios 1:18-20 donde nos dice: «..Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza, la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales

Decidí buscar estos versos en una versión llamada The Message y allí estos versos nos dicen: «El derroche de prodigalidad absoluta de su obra en nosotros, quienes confiamos en él: ¡energía sin límites, fuerza ilimitada! Toda esta energía emana de Cristo: Dios lo resucitó de la muerte». 

EL Sol de Justicia, alumbró mi entendimiento, confié en Él y en esa palabra; me llené de energía y mis fuerzas quedaron absolutamente renovadas. Y de esa misma forma, las fuerzas son resucitadas hoy para quienes confían en Él. ¡A Dios sea la gloria!


«Pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.» Isaías 40:31

 
 
 

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