top of page

LA PRIMAVERA SIEMPRE VOLVERÁ


Ha vuelto la primavera y con ella puedo escuchar la voz de Dios que hoy comparto en Mis Letras.

En una ocasión un joven rey llamado David, escribió: “No moriré, sino que viviré, y contaré las obras de Jehová”. – Salmo 118:17

¡Qué perfecta es esta confianza! Sin duda estaba fundada en alguna promesa, susurrada al corazón del Salmista, la cual este hizo suya y en la que se gozó. ¿Es tu caso semejante al de David? ¿Estás desanimado porque parece que el enemigo triunfa sobre ti? ¿Hay una multitud oponiéndose y pocos que están a tu lado? ¿Te ordena la incredulidad que permanezcas abatido y mueras en la desesperación, como quien está vencido? ¿Sientes que te llega la muerte?


Recuerdo que un invierno un hombre necesitó leña, así que, acompañado de su hijo buscó un árbol muerto y lo cortó. Pero luego, en la primavera, vio desolado que al tronco marchito de ese árbol le brotaron renuevos.

Entonces dijo: “Estaba yo seguro de que ese árbol estaba muerto. Había perdido todas las hojas en el invierno. Hacía tanto frío, que las ramas se quebraban y caían como si no le quedara al viejo tronco ni una pizca de vida. Pero ahora, advierto que aún alentaba la vida en aquel tronco”.

Y volviéndose hacia su hijo le aconsejó: “Nunca olvides esta lección. Jamás cortes un árbol en invierno. Jamás tomes una decisión negativa en tiempo adverso. Nunca tomes decisiones importantes cuando estés en tu peor estado de ánimo. Espera. Sé paciente. El invierno pasará y recuerda que la primavera siempre volverá”.


Entonces; ¿cederás a los susurros del temor y abandonarás la batalla, y con ella toda esperanza posible? ¡Jamás! Aún tienes vida: “No morirás”. Tu vigor regresará y hará que tu debilidad desaparezca: “Vivirás”. El Señor vive y tú también vivirás.

Tu boca se abrirá de nuevo y dirás: “Contaré las obras de Jehová”. Sí, y hablaré de esta prueba presente como de otro ejemplo más de las maravillas que la fidelidad y el amor del Señor mi Dios ejecutan. Los que desean cortarme debieran esperar un poco; porque: “Me castigó gravemente Jehová, mas no me entregó a la muerte”. ¡Gloria sea a Su nombre por la eternidad!


Eres inmortal hasta que haya terminado tu propósito; hasta que el Señor lo ordene, ningún hacha te podrá cortar y ninguna tumba te podrá encerrar. Recuerda que, la primavera siempre volverá.


281 visualizaciones4 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page